Aquí os dejamos la reflexión de Elena Pavón sobre el coronavirus, que ve, dentro de la crisis, sentimientos para el orgullo en todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Gracias a Elena por dejarlo compartir con todos nosotros.
Todo comenzó el día en el que nos
informaron de que un grupo de entrenadores de fútbol estaban en cuarentena por
un virus que se había propagado por todo Wuhan. Todo el país estaba pendiente
de que los entrenadores llegarán a salvo a sus casas sin rastro de ese
Covid-19, nadie se percató de si podía llegar o no el virus a nuestras
fronteras. A las dos semanas los entrenadores llegaron a España, y les
volvieron a poner en cuarentena y los sanitarios comenzaron a ponerse a prueba,
todo salió con éxito, los entrenadores pudieron volver con sus familiares.
Al
poco tiempo de este suceso empiezan a llegar noticias de que nuestro país
vecino que solo nos separa de él el mar mediterráneo, está comenzando a tener
contagios por esta enfermedad y es cuando nos vamos preocupando un poco más de
la situación, porque antes el virus estaba a más de 9.500Km pero ahora solo nos
separaba de él un charco de agua. Apenas habían pasado 72 horas de la
información de la rápida propagación del virus en Italia, cuando se da el
primer caso de Coronavirus en territorio español, concretamente en La Gomera,
un paciente alemán había ido a Urgencias con síntomas del coronavirus y es cuando todas las alertas se disparan.
Todos los telediarios no paraban de contar lo sucedido en un de las islas de
Canarias.
La propagación iba poco a poco
abarcando las islas del archipiélago Canario, hasta que un día encendemos la
televisión y nos enteramos de que ya no nos separan tantos kilómetros ni un
charco de agua, sino que nos separaban como mucho de nuestras viviendas 500Km,
porque este había llegado a la Capital, Madrid. En ese momento es cuando
realmente los sanitarios se ponen a prueba, porque es cuando los pacientes
infectados por esta enfermedad no paran de llegar a las Urgencias de los diferentes
hospitales de la Capital. El virus se va expandiendo más y más, y son las
noticias las que continuamente nos van informando de lo negativo de la
situación a la que se está sometiendo toda España. Al cabo del mes de ese
primer positivo en nuestro país, todas las comunidades autónomas están
infectadas. Mientras que los sanitarios siguen dando lo máximo de todos ellos y
los supermercados no dan abasto por la gente preocupada que va a comprar
pensando de que nos iba a pasar los mismo que a China que casi no tenían
suministro de comida, el gobierno toma medidas y pone en vigor la suspensión de
las clases en la Comunidad de Madrid. Los aumentos de positivos se disparan y
es cuando las demás comunidades autónomas deciden poner a todos sus habitantes
en cuarentena y a los jóvenes sin clases.
Todo el territorio español queda
confinado en sus casas y es cuando todo un país se vuelca en apoyar a todos
nuestros magníficos sanitarios que se despiertan todos los días para salvar
vidas y sin quejarse del riesgo al que están sometidos, en apoyar a todos los
trabajadores de supermercados de que con una mascarilla y unos guantes nos
hacen de que podamos comer. A todos los agricultores, ganaderos,
camioneros,...que nos proporcionan alimentos a pesar de que el tiempo no les
acompañen, a esos policías, guardias, bomberos,...que salen cada día a las
calles para ver que todos cumplimos con nuestra obligación, a ellos y a todas
las personas que por un motivo u otro se están poniendo en peligro sus vidas
por todos nosotros, nos pusimos a apoyarles.
Dentro de algunos años me sentiré muy
orgullosa de poderles contar a mis hijos que todo un país a pesar de nuestras
diferencias hizo piña y día tras día salían a sus balcones a aplaudir a toda
esa gente que dieron todo y más por todos nosotros.
Que los cantantes, humoristas,...se
volcaron con la situación y mediante sus redes sociales nos hicieron sacar una
grata sonrisa en esta situación tan extrema, para que el aburrimiento se nos
hiciera más a menos.
Que familias que no se hablaban desde
hace años, les diera tiempo a sentarse y a solucionar todo sus problemas.
Que todas esas personas que estaban
estresadas todos los días, se pudieran tomar un respiro y pasar tiempo con sus
hijos.
Que muchos hoteleros dejaron sus
hoteles en manos de sanitarios para poder atender allí a pacientes contagiados
para que no se colapsaran los hospitales.
Que muchos taxistas se ofrecieron a
llevar a los sanitarios a sus casas o a sus puestos de trabajo.
Que vecinos que tenían a personas
mayor puerta con puerta se ofrecieran a ir a comprar por ellos puesto que las
personas mayores eran un gran foco de riesgo.
Que todo un ejército español dio
vueltas y vueltas a las ciudades para que todo el mundo cumpliera con su deber.
Que pudimos valorar todo lo que teníamos
a nuestro alrededor y de que nos quisimos aún más de lo que nos queríamos.
Que todos los laboratorios estaban
día y noche buscando esa vacuna que parara todo estoy para que pasara lo antes
posible.
Por todo eso y mucho más me sentiré
toda una vida orgullosa de mi nacionalidad y de venir del país que vengo. Y por
último os recuerdo que a nuestros abuelos y bisabuelos les pidieron de que
fueran a la guerra a nosotros solo nos piden de que nos quedemos en casa.
#YO ME QUEDO EN CASA
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