1.
FALACIAS FORMALES (mal
formuladas lógicamente)
NEGACIÓN DEL ANTECEDENTE .
A partir de
una implicación (p implica q), negamos p y suponemos que q también es falsa. Este
no es un argumento lógicamente válido. Es una degeneración de la regla “modus
tollens”.
“Si llueve la
calle se moja, y no ha llovido, luego no está mojada.”
AFIRMACIÓN
DEL CONSECUENTE
A partir de
una implicación (p implica q), suponemos que existe q y por lo tanto extraemos
p. Es una degeneración de la ley lógica “modus ponens”.
“Si Fernado no estudia, suspenderá el
examen. Fernando ha suspendido, luego suponemos que no habrá estudiado nada.”
(quizás existen otras causas, que se ha puesto malo, que estaba in love, etc…)
2.
FALACIAS INFORMALES
(provenientes del lenguaje natural)
ARGUMENTO AD HOMINEM
Consiste en atacar un argumento,
atacando a la persona que lo defiende, en lugar del propio argumento.
“Such a nasty woman…” (Donald Trump,
hablando de Hillary Clinton).
ARGUMENTO “TÚ TAMBIÉN” (TU QUOQUE )
Es una
variante del anterior, en el que, al ser atacados o cuestionados en un
argumento, contestamos con el mismo ataque.
“Nos acusan de
corruptos, pero ustedes son igual de corruptos que nosotros.”
ARGUMENTO DE AUTORIDAD (AD
VERECUNDIAM)
Consiste en
defender un argumento basándose únicamente en un principio de autoridad, o
basándose en la tradición (falacia ad
antiquetatem). Esta falacia funciona especialmente cuando la persona a la
que se hace referencia no es especialista en la materia del argumento. .
“Las mujeres tienen que estar en casa porque siempre
ha sido así.”
“La tercera Guerra mundial será con piedras y palos,
porque lo dijo Albert Einstein”
ARGUMENTO DEL CONSENSO (AD
POPULUM)
Defendemos un
argumento porque la mayor parte de la gente defiende lo mismo.
“Dios existe, porque la mayor parte de la población
mundial es creyente.”
APELACIÓN A
LOS SENTIMIENTOS (EX POPULO) .
Defendemos un
argumento apelando a los sentimientos del oyente, para conseguir su apoyo o
evitar un castigo.
“No os pueden pedir más sacrificios, sufridos padres de familia, y
trabajadores maravillosos de este país, porque este país es vuestro.”
FALSO DILEMA
Consiste en
plantear un dilema entre dos opciones, cuando pueden existir otras opciones que
se acallan o no se plantean.
“O estáis con nosotros y la libertad, o con ellos y el terrorismo”
(discurso
de Bush, 2001)
“O eliminamos
el estado de las autonomías, o el sistema de pensiones de nuestros abuelos”
(Spot de
Vox, 2016). Pueden existir
alternativas que no se plantean, como subir impuestos.
FALSA
ANALOGÍA Establecemos un paralelismo
entre dos cosas apelando a una similitud superficial.
“La economía
de un país es como la de una casa: no se puede gastar más de lo que se gana.” La analogía es solo superficial; la posibilidad de
financiación de un país no tiene nada que ver con la de un particular.
“Los hombres son como las hormigas, matas una
y salen cincuenta”
POST HOC, ERGO PROPTER HOC .
Hacemos una
relación de causa y efecto en dos hechos que son meramente coincidentes en el
tiempo y que no tienen por qué guardar relación entre sí.
“Has encontrado las llaves porque le he
pedido a San Antonio que te ayude.”
“La extinción del gran oso de las
cavernas está causado por el pico glaciar del pleistoceno”. (En realidad, el oso de las cavernas murió con el frío,
pero no por él: fue exterminado por el hombre y ahuyentado de su entorno
natural).
BOLA DE NIEVE
(NEGRA O BLANCA)
Consiste en
rebatir o defender un argumento apelando a una cascada de consecuencias que no
son verosímiles o seguras y que pueden ser negativas o positivas (bolas negras
o bola blanca).
“No podemos aceptar que venga la
derecha, porque significaría que volveríamos a los recortes, la crisis y la
vuelta en definitiva a la dictadura.
GENERALIZACIÓN
INDEBIDA .
Consiste en
generalizar o crear leyes universales a partir de unos casos particulares.
“El cambio climático existe porque en
los últimos años hace más calor en verano”
“Los mamíferos son todos vivíparos,
porque son los que conocemos en Europa”
HOMBRE DE PAJA .
Parte del
hecho de que a partir de un argumento, construimos o desviamos el mismo hacia
consecuencias que lo cuestionan, pero que resultan irrelevantes o ridículas. Al
final, consigue desviar la atención del propósito original del argumento y se
pone en cuestión. Es una reducción al absurdo convertida en falacia.
“Es mentira que el cambio climático sea algo malo,
porque si existe el cambio climático, podremos disfrutar de sol y playa durante
buena parte del año, y eso le vendría de maravilla al turismo, por lo que el
cambio climático permitiría a la economía extenderse. Por lo tanto, el cambio climático
es positivo si queremos que la economía se reactive.”
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