sábado, 4 de junho de 2016

EL SIGLO XVII (TRADUCCIÓN)

EL SIGLO XVII: CRISIS Y DECADENCIA

 1. El siglo XVII en Europa.

El siglo XVII es una época difícil en Europa: guerras, enfermedades, caída de la población y de la producción agrícola se extiende por todo el continente. Sin embargo, la crisis será más profunda en unas zonas, empobreciéndolas, y en otras provocarán cambios económicos y sociales, como Inglaterra, Francia u Holanda. De forma breve, es un periodo caracterizado por:
- Política: monarquía absoluta, los monarcas tienen todo el poder, como en Francia.
- Economía: el alza del capitalismo, y la destrucción de los últimos residuos del feudalismo medieval.
- Cultura: Europa vive la revolución científica y el barroco. La ciencia comienza a imponerse frente a la tradición religiosa, con figuras como Newton, Galileo o Kepler.
Pero estos cambios no tendrán un efecto igual en España, y nuestro país quedará aislado de buena parte de estos cambios socioeconómicos y culturales.


2. Economía y sociedad: La crisis en España. 

En los últimos años de Felipe II, España y Castilla están sufriendo estancamiento y decadencia económica. Esto empeorará en el siglo XVII por diferentes razones:
- Hay una caída en la producción agrícola, y consecuentemente una caída en el comercio y la población. La gente sufre hambrunas, y padece más enfermedades y plagas. Las guerras traerán más problemas con alistamientos obligatorios para el ejército.
- Problemas políticos: la bancarrota se hará común por gastos de guerra y falta de ingresos. Como resultado, el gobierno no tiene dinero para pagar las deudas, y tendrá que incrementar los impuestos, produciendo mayor malestar social, inflación e inestabilidad.
- Prejuicios sociales: La sociedad española ve con malos ojos el trabajo manual. Por lo tanto, los ricos (la nobleza y la iglesia) nunca invertirán en el comercio o la industria. Nos acostumbramos a pagar con materias primas los bienes manufacturados. La burguesía desaparecerá: dedicarse al comercio es muy arriesgado, y los burgueses preferirán comprar un título nobiliario y dejar de trabajar en otras ocupaciones.
Por otro lado, la crisis no será igual en todas partes: en unas zonas será más profunda (Castilla), y en otras, la recuperación será más rápida (Cataluña, País Vasco, Galicia…).

3. La política: Los Austrias Menores.

Este periodo es gobernado por reyes débiles pertenecientes a la dinastía de los Habsburgo: Felipe III, Felipe IV y Carlos II. Son llamados Austrias menores debido a su debilidad y su falta de inspiración para resolver los problemas del país.
Felipe III (1598-1621): fue un rey bastante perezoso desinteresado en los asuntos de gobierno, y por ello dio todo su poder a los "validos" o primeros ministros, como Uceda o Lerma, nobles corruptos y poco aptos para el gobierno. En 1609 los musulmanes son expulsados de España por miedo a una invasión desde el norte de África, con consecuencias pésimas para la agricultura y la seda de la corona de Aragón. La política exterior estuvo basada en treguas con Holanda y Francia.
Felipe IV (1621-1665): Estuvo más preocupado por los asuntos de gobierno, y deseaba sobre todo restablecer el poder español sobre Europa. Por ello, España se embarcó en guerras contra los protestantes y Francia. Esto implicó subidas de impuestos para pagar los gastos bélicos y finalmente la bancarrota. Su primer ministro, el conde duque de Olivares intentó imponer nuevos impuestos a Aragón, Cataluña y Portugal (la Unión de Armas), y la consecuencia fue una rebelión colectiva en 1640. Portugal recobró su independencia y Cataluña vivió su primer levantamiento contra la monarquía hispana (germen del actual nacionalismo).Por otro lado, las guerras europeas terminaron en un desastre para el ejército español, tras la derrota de Rocroi (1642). La paz de Westfalia y los Pirineos significó el fin de su hegemonía en Europa.   


Carlos II (1665-1700): Fue llamado "el hechizado", debido a su debilidad congénita. Hecho rey a la edad de dos años, fue incapaz de tomar cualquier decisión políticamente relevante, y murió en relativamente poco tiempo. Tras su muerte, los países europeos volvieron a la guerra para hacerse con el control del trono español (Guerra de sucesión española). Esto acabó con lo que se conoció como la paz de Utretch (1713) y el establecimiento de los Borbones como reyes de España, hasta el día de hoy.

4. La cultura: El siglo de oro.


El siglo XVI y XVII constituyen un importantísimo periodo en la historia cultural de España, en relación con el arte y la literatura. Sin embargo, no todos los campos de la cultura brillan igual, y hay sombras que perdurarán en nuestra historia.
Arte y literatura: Estos dos siglos (especialmente entre 1550 y 1680) tienen importantes escritores (Cervantes, Calderón o Quevedo, por poner solo algunos ejemplos), magníficos pintores de talla mundial (como el Greco o Velazquez). El Renacimiento y el barroco serán los dos estilos que dominen en nuestro país, con obras como el Escorial (hecho en estilo herreriano, al final del Renacimiento, con un estilo muy sobrio) o los edificios de La Clerecía y la plaza mayor de Salamanca, en estilo barroco, muy decorado. El arte será profundamente religioso, especialmente en el campo de la escultura.   
Religión: Después del Concilio de Trento (1560), España se vuelve todavía más intransigente e intolerante en asuntos religiosos. Las persecuciones y la censura están extendidas y la Inquisición obtiene mayores poderes. El catolicismo se convierte así en el espíritu de la sociedad y la política española, y la iglesia obtendrá enormes privilegios económicos. Personalidades literarias como Santa Teresa de Jesús, fray Luis de León o San Juan de la Cruz sufrirán problemas con la inquisición por su forma particular y profunda de comprender la religión.   
Pensamiento y ciencia: Como consecuencia de esta intolerancia religiosa, hay una fuerte persecución hacia todas las ideas novedosas que provienen desde Europa de campos como la ciencia y la filosofía. Si durante la época de Carlos V España estaba abierta a las ideas de Europa, como el humanismo, Felipe II decretó a partir de 1559 el aislamiento cultural respecto a Europa: desde ese momento, los estudiantes españoles no tenían permitido estudiar en universidades europeas, y los libros extranjeros quedaron fuertemente restringidos. Esto tuvo consecuencias nefastas en nuestra historia: la ciencia, la tecnología y la innovación se convirtieron en aspectos que la sociedad española dejó de considerar importantes, y los países europeos empezaron a vernos como ignorantes, fanáticos y conservadores. 



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