EL SIGLO XVII: CRISIS Y DECADENCIA
1. El siglo XVII en Europa.
El siglo XVII es una época difícil
en Europa: guerras, enfermedades, caída de la población y de la producción
agrícola se extiende por todo el continente. Sin embargo, la crisis será más
profunda en unas zonas, empobreciéndolas, y en otras provocarán cambios
económicos y sociales, como Inglaterra, Francia u Holanda. De forma breve, es
un periodo caracterizado por:
- Política: monarquía
absoluta, los monarcas tienen todo el poder, como en Francia.
- Economía: el alza del
capitalismo, y la destrucción de los últimos residuos del feudalismo medieval.
- Cultura: Europa vive la
revolución científica y el barroco. La ciencia comienza a imponerse frente a la
tradición religiosa, con figuras como Newton, Galileo o Kepler.
Pero estos cambios no tendrán un
efecto igual en España, y nuestro país quedará aislado de buena parte de estos
cambios socioeconómicos y culturales.
2. Economía y sociedad: La crisis en España.
En los últimos años de Felipe II, España y Castilla están
sufriendo estancamiento y decadencia económica. Esto empeorará en el siglo XVII
por diferentes razones:
- Hay una caída en la producción agrícola, y consecuentemente
una caída en el comercio y la población. La gente sufre hambrunas, y padece más
enfermedades y plagas. Las guerras traerán más problemas con alistamientos
obligatorios para el ejército.
- Problemas políticos: la bancarrota se hará común por gastos
de guerra y falta de ingresos. Como resultado, el gobierno no tiene dinero para
pagar las deudas, y tendrá que incrementar los impuestos, produciendo mayor
malestar social, inflación e inestabilidad.
- Prejuicios sociales: La sociedad española ve con malos ojos
el trabajo manual. Por lo tanto, los ricos (la nobleza y la iglesia) nunca
invertirán en el comercio o la industria. Nos acostumbramos a pagar con
materias primas los bienes manufacturados. La burguesía desaparecerá: dedicarse
al comercio es muy arriesgado, y los burgueses preferirán comprar un título
nobiliario y dejar de trabajar en otras ocupaciones.
Por otro lado, la crisis no será igual en todas partes: en
unas zonas será más profunda (Castilla), y en otras, la recuperación será más
rápida (Cataluña, País Vasco, Galicia…).
3. La política: Los Austrias Menores.
Este periodo es gobernado por reyes débiles
pertenecientes a la dinastía de los Habsburgo: Felipe III, Felipe IV y Carlos
II. Son llamados Austrias menores debido a su debilidad y su falta de
inspiración para resolver los problemas del país.
Felipe III (1598-1621): fue un rey bastante perezoso
desinteresado en los asuntos de gobierno, y por ello dio todo su poder a los
"validos" o primeros ministros, como Uceda o Lerma, nobles corruptos
y poco aptos para el gobierno. En 1609 los musulmanes son expulsados de España
por miedo a una invasión desde el norte de África, con consecuencias pésimas
para la agricultura y la seda de la corona de Aragón. La política exterior
estuvo basada en treguas con Holanda y Francia.
Felipe IV (1621-1665): Estuvo más preocupado por los asuntos de
gobierno, y deseaba sobre todo restablecer el poder español sobre Europa. Por
ello, España se embarcó en guerras contra los protestantes y Francia. Esto
implicó subidas de impuestos para pagar los gastos bélicos y finalmente la
bancarrota. Su primer ministro, el conde duque de Olivares intentó imponer
nuevos impuestos a Aragón, Cataluña y Portugal (la Unión de Armas), y la
consecuencia fue una rebelión colectiva en 1640. Portugal recobró su independencia
y Cataluña vivió su primer levantamiento contra la monarquía hispana (germen
del actual nacionalismo).Por otro lado, las guerras europeas terminaron en un
desastre para el ejército español, tras la derrota de Rocroi (1642). La paz de
Westfalia y los Pirineos significó el fin de su hegemonía en Europa.
Carlos II (1665-1700): Fue llamado "el hechizado",
debido a su debilidad congénita. Hecho rey a la edad de dos años, fue incapaz
de tomar cualquier decisión políticamente relevante, y murió en relativamente
poco tiempo. Tras su muerte, los países europeos volvieron a la guerra para
hacerse con el control del trono español (Guerra de sucesión española). Esto
acabó con lo que se conoció como la paz de Utretch (1713) y el establecimiento
de los Borbones como reyes de España, hasta el día de hoy.
4. La cultura: El siglo de oro.
El siglo XVI y XVII constituyen un importantísimo
periodo en la historia cultural de España, en relación con el arte y la
literatura. Sin embargo, no todos los campos de la cultura brillan igual, y hay
sombras que perdurarán en nuestra historia.
Arte y literatura: Estos dos siglos (especialmente entre
1550 y 1680) tienen importantes escritores (Cervantes, Calderón o Quevedo, por
poner solo algunos ejemplos), magníficos pintores de talla mundial (como el
Greco o Velazquez). El Renacimiento y el barroco serán los dos estilos que
dominen en nuestro país, con obras como el Escorial (hecho en estilo
herreriano, al final del Renacimiento, con un estilo muy sobrio) o los
edificios de La Clerecía y la plaza mayor de Salamanca, en estilo barroco, muy
decorado. El arte será profundamente religioso, especialmente en el campo de la
escultura.
Religión: Después del Concilio de Trento (1560),
España se vuelve todavía más intransigente e intolerante en asuntos religiosos.
Las persecuciones y la censura están extendidas y la Inquisición obtiene
mayores poderes. El catolicismo se convierte así en el espíritu de la sociedad
y la política española, y la iglesia obtendrá enormes privilegios económicos.
Personalidades literarias como Santa Teresa de Jesús, fray Luis de León o San
Juan de la Cruz sufrirán problemas con la inquisición por su forma particular y
profunda de comprender la religión.
Pensamiento y ciencia: Como consecuencia de esta intolerancia
religiosa, hay una fuerte persecución hacia todas las ideas novedosas que
provienen desde Europa de campos como la ciencia y la filosofía. Si durante la
época de Carlos V España estaba abierta a las ideas de Europa, como el
humanismo, Felipe II decretó a partir de 1559 el aislamiento cultural respecto
a Europa: desde ese momento, los estudiantes españoles no tenían permitido
estudiar en universidades europeas, y los libros extranjeros quedaron
fuertemente restringidos. Esto tuvo consecuencias nefastas en nuestra historia:
la ciencia, la tecnología y la innovación se convirtieron en aspectos que la
sociedad española dejó de considerar importantes, y los países europeos
empezaron a vernos como ignorantes, fanáticos y conservadores.
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