COMENTARIO DE FRANKFURT

En tercer lugar, lo que Marx esperaba en definitiva de la sociedad correcta es probablemente falso por el mero hecho de que (y este principio es importante para la teoría crítica) libertad y justicia están tan unidas como que constituyen cosas opuestas; a mayor justicia, menos libertad. Para que las cosas se efectúen con justicia, se les deben prohibir a las personas muchas cosas, sobre todo el no imponerse a los demás. Pero cuanta más libertad hay, tanto más aquel que desarrolla sus fuerzas y es más listo que el otro podrá al final someter al otro, y por consiguiente, habrá menos justicia.

(INTRO)

Nos encontramos ante un texto de Horkheimer, uno de los fundadores de la escuela de Frankfurt que -ya en los años sesenta- hace un repaso de los logros y directrices fundamentales de la escuela desde su fundación en Alemania en 1923.

(IDEA)

El texto hace referencia a una de las críticas más importantes que formula la Escuela de Frankfurt hacia las pretensiones del marxismo en el siglo XX: construir una sociedad igualitaria y emancipada (la sociedad sin clases anunciada por Marx). Horkheimer hace caer en la tensión existente entre la pretensión de crear una sociedad justa y la libertad de los individuos.

(SENTIDO)

Esta idea -a mayor justicia, menos libertad- implica que el hecho de crear dicha sociedad justa (la sociedad sin clases) conlleva también la creación de un estado autoritario y extremadamente fuerte que conllevan la extinción de muchas libertades de los individuos. Pronunciado esto en términos políticos, el comunismo creó un estado autoritario y dictatorial para su ideal de igualdad, mientras que las democracias del capitalismo decidieron mantener la tradición liberal heredada de siglos anteriores a cambio de mantener altas dosis de desigualdad entre los miembros de la sociedad capitalista. Esta tensión ha sido marcada por otros muchos autores de distintas tendencias (economistas como Hayek o filósofos como Rawls).

Esta sin embargo no es la única crítica efectuada por la escuela de Frankfurt al marxismo. La escuela de Frankfurt se percató del excesivo economicismo de las teorías de Marx. Marx afirmaba que la infraestructura estaba condicionada por elementos puramente socioeconómicos, mientras que la superestructura era un reflejo de la anterior. La escuela de Frankfurt incide en el poder concentrado sobre los estados y el sistema político durante el siglo XX y su carácter totalitario, que hace que este sistema político sea extremadamente importante para comprender la dinámica histórica de este siglo.

Marx también se equivocó en muchas de sus predicciones sociales e históricas. El capitalismo no ha caído bajo una crisis interna, como había intuido Marx, sino que se recicla a partir de 1929, precisamente como consecuencia de la introducción del poder estatal sobre el económico (la regulación de la economía propuesta por la intervención estatal según Keynes). Como consecuencia de esta intromisión política, el capitalismo ha permitido crear unas amplias clases medias que ya no desean la revolución marxista y la dictadura del proletariado, sino su promoción individual y su seguridad personal por medio de un conjunto de derechos sociales (estado del bienestar).

La escuela de Frankfurt, sin embargo, es consciente de la contrapartida que implica esta crítica al marxismo. Las democracias capitalistas no están exentas de problemas. También han desarrollado estados políticos y una administración muy autoritaria y homogeneizadora (todos somos tratados por igual, sin atención a distinciones personales, como plantea Adorno y Horkheimer) y sometidos a una racionalidad instrumental (priman los medios sobre los fines en nuestras acciones). Por otro lado, el capitalismo da prioridad a un plan de vida individual, hedonista y materialista, en el que se produce una alienación más sutil del individuo que en la época de Marx. Como decía Marcuse, el tener (la posesión de objetos materiales) prima sobre lo que somos (nuestra propia psicología y valores individuales), provocando sociedades sometidas al poder político a cambio de su bienestar individual.