quarta-feira, 13 de abril de 2016

DILEMA DEL TRANVÍA (extraido de El País, 13-04-2016)

Un tranvía sin control avanza hacia un grupo de cinco personas. Tú te encuentras en un puente elevado sobre las vías, junto a un señor de grandes dimensiones. Si le empujas, caerá en el camino de la máquina y morirá, pero salvará la vida de los cinco. Las respuestas habituales muestran que la moralidad humana no se rige por las matemáticas. Solo el 30% de los participantes apoya el sacrificio del hombre del puente pese a que supondría salvar cinco vidas.
El trabajo científico sugiere que nuestra moralidad ha evolucionado para favorecer la cooperación y parece que en ese camino se han visto favorecidos mecanismos que nos hacen preferir decisiones intuitivas que no siempre son las que ofrecen mejores resultados objetivos.

Solo el 30% apoya que se sacrifique a un hombre aunque eso salve cinco vidas
En el estudio de la moralidad, a quienes favorecen que las decisiones buenas son aquellas que logran el mayor beneficio para el mayor número de gente se les califica como consecuencialistas. Aquellos que se centran en derechos y en deberes, que piensan que determinadas decisiones, como tirar a un hombre desde un puente, nunca son buenas aunque busquen un bien mayor son llamados deontologistas. El hecho de que la mayor parte de las personas suelen preferir este segundo enfoque indica que esas normas morales han sido favorecidas por la selección natural.
Uno de los motivos para explicar que el enfoque deontológico sea el preferido es que aquellos que declaran, por ejemplo, que robar siempre está mal independientemente de las consecuencias, son más fiables que aquellos que piensan que, en algunas circunstancias, robar es aceptable. Varios estudios han mostrado que las personas con este punto de vista son más fiables a la hora de cooperar con ellos y eso convertiría al enfoque deontológico en un buen indicador para buscar socios.
Otra razón es que los juicios deontológicos suelen asociarse a emociones como la empatía, que cuentan con una buena imagen social. Los consecuencialistas, sin embargo, necesitan suprimir este tipo de respuestas emocionales para que no contaminen su cálculo de riesgos y beneficios.

Que un juicio moral demuestre empatía es más importante que sus consecuencias
Por último, se ha observado una asociación entre el enfoque deontológico y una menor tendencia a hacer daño a los demás o tener rasgos de personalidad antisociales. Algunos estudios como los realizados por Guy Kahane, de la Universidad de Oxford (Reino Unido), observaron que las personas que apoyan el sacrificio de una persona para salvar a muchas suelen tener menos inconvenientes para hacer daño a otras personas en su vida diaria aunque con conduzcan a un bien común mayor.
La semana pasada, un grupo de investigadores de las Universidades de Oxford (Reino Unido) y Cornell (EE. UU.) trataron de explicar el origen de la preferencia humana por las intuiciones deontológicas. Sus resultados, publicados en la revista Journal of Experimental Psychology, indican que todo tiene que ver con la popularidad de quienes expresan estas preferencias. Si la mayor parte de la gente considera mejores socios a las personas que basan sus juicios en absolutos morales, el mero hecho de decir que se piensa así sería beneficioso. De esta manera, con el paso del tiempo, esto facilita la difusión de este tipo de preferencia moral que está en todos nosotros. Tal y como explican los investigadores, a todos nos darían escalofríos si pensáramos en un amigo realizando un análisis de costes y beneficios para decidir si debemos ser sacrificados por el bien común.

 

Sentimientos con buena imagen

 

Para poner a prueba esta idea, emplearon varios dilemas morales como el planteado al principio de este artículo. Después, preguntaron a más de 2.400 participantes a quién consideraban más digno de confianza y descubrieron que quienes tomaban sus decisiones de acuerdo con absolutos morales, evitando matar a una persona para salvar a varias, eran los preferidos. Cuando se les pidió que eligieran a una persona para dejarles una cantidad de dinero también escogieron a quienes mostraban un criterio moral tajante y lo hicieron con más confianza en que se lo devolverían.
Recalcando la importancia de la imagen que tienen determinados sentimientos en la sociedad, los autores del estudio vieron que la forma en que se tomaba la decisión también era importante. Alguien que había optado por sacrificar a una persona para salvar cinco, pero afirmaba que la decisión había sido difícil, recibía más confianza que los que tomaron la misma decisión sin tantos quebraderos de cabeza.
En esta misma línea, los autores comentan que quienes decidieron no matar a alguien para resolver un dilema no siempre eran los preferidos como socios. La voluntad de las personas que iban a ser sacrificadas por el bien común también condicionaba el efecto sobre la imagen de quien decidía que debían vivir o morir. Los participantes en el estudio preferían a quienes respetaban los deseos de las víctimas, aunque eso significase que deberían matarlos. Una vez más, la empatía es lo que da buena imagen a los deontologistas y no solo que sigan de manera inflexible unas reglas morales concretas.

segunda-feira, 4 de abril de 2016

GRUPO 3: EXPERIMENTOS DE PIAGET (PS. DEL DESARROLLO)

1. ¿Qué hipótesis queremos mostrar?

Teoría:
El cerebro humano y los procesos cognitivos que lo acompañan no aparecen de una vez para siempre. Están en proceso de transformación. Esto significa que los niños tienen unas capacidades cognitivas muy particulares y diferentes de los adultos y que no adquieren nuevos conocimientos por un mero aprendizaje conductual normal (por repetición, por ejemplo, siguiendo a los conductistas), sino por un proceso doble de desarrollo cognitivo interno (nuestro cerebro es capaz de procesar operaciones más complejas y abstractas) e interacción con el medio. Esto es lo que más o menos Piaget denominó como constructivismo.  
 Esquema de todo el proceso de desarrollo cognitivo en Piaget. Nosotros nos centramos en el paso del preoperatorio al de las operaciones concretas.


Dato científico:
Piaget tuvo que crear una serie de estadios cognitivos, y uno de los más importantes es el preoperatorio, que afecta a niños de edades entre 5 y 8 años y que atiende a lo que se conoce por el nombre de principio de conservación.
El principio de conservación nos dice que los niños son capaces de mantener constantes una determinada propiedad de un objeto sin atender a cambios físicos aparentes que no afectan a esa propiedad. Esta conservación sin embargo, no aparece en los niños menores de 5 años. 

2. ¿Cómo vamos a verificar la hipótesis?
Experimentación de la hipótesis.
Para comprobar esta hipótesis de la conservación deberemos hacer seis experimentos vinculados con distintas propiedades de los objetos. 
- Cantidad: plastilina
- Longitud: bolígrafos o palillos chinos.
- Volumen: tres vasos.
- Número: cartas.
- Volumen 2: vasos y plastilina.
Sobre la imagen de arriba, nosotros sustituiremos el quinto por otro de volumen: "Si cambiamos la plastilina de forma, desplazará la misma cantidad de agua/subirá el vaso igual que antes (...)?". Recordemos que las chicas de 3º de Primaria no fueron capaces de desarrollarlo.

Recordemos también que es muy importante en el desarrollo del experimento las explicaciones de los niños, por ejemplo preguntando: "Si los dos palillos son iguales, ¿Por qué cres que es así?". Los niños, según Piaget, contestarán de tres formas:
- Identidad: cogen los dos palillos y dicen que son iguales. Cambia aspecto, pero no el hecho de la longitud.
- Reversibilidad: reconstruyen el proceso hacia atrás. Vuelven a poner el palillo al lugar de origen.
- Compensación: Miran los palillos y dicen "es que lo que pierde por un lado, lo gana por otro"

Las preguntas que debemos hacernos en torno a la hipótesis son las siguientes:  
a) ¿se cumple la franja de edad que proponía Piaget (5 y 8 años)? 
b) ¿Se cumple una progresiva adquisición de la conservación, empezando por la longitud  y acabando por el volumen? 
c) ¿Se cumple la hipótesis usando alguna variante del experimento -por ejemplo hacerlo por parejas en lugar de individualmente-?
d) ¿Hemos verificado que las respuestas de los niños no se han hecho de forma aleatoria (al puro azar)? ¿Hemos preguntado por la explicación de su respuesta cuando nos contestan de forma afirmativa a las preguntas?
e) ¿Hemos observado alguna distinción entre géneros o entre distintos grupos sociales o culturales? (por ejemplo, si las niñas están más evolucionadas que los niños)

En cuanto a la metodología, nos tenemos que preguntar:
c) ¿Hemos hecho en total suficientes experimentos como para demostrar la hipótesis?
d) ¿Hemos desarrollado el experimento adecuadamente? 
      - ¿Era el lugar cómodo o adecuado?  ¿Los niños nos seguían en las preguntas, veían bien los objetos?
    - ¿Han estado los niños lo suficientemente activos como para considerar que han estado naturales?
    - ¿Ha estado el observador/experimentador lo suficientemente neutral como para no comunicar las soluciones o empujar a los niños hacia una respuesta determinada?

   La metodología es muy importante para el desarrollo adecuado del experimento. Los niños tienen que percibir que estamos jugando con ellos, y no que les estamos haciendo un examen.


3. Extrayendo consecuencias.

Una vez que hemos demostrado (o no) los principios de Piaget, nos tenemos que hacer otras preguntas.
e) ¿Lo que hemos observado, no se puede hacer desde otra formulación teórica más coherente? (por ejemplo, desde el conductismo: ¿qué pasa si un niño aprende en ese momento la conservación con el experimento).
f) ¿Qué consecuencias podríamos extraer para la educación de los niños? Por ejemplo, si tiene sentido explicar determinadas cosas cuando los niños no son capaces de entender determinadas relaciones abstractas de la materia.

g) ¿Qué consecuencias filosóficas podemos extraer para el debate entre innatistas, constructivistas y conductistas?  


GRUPO 2: DILEMAS MORALES KOHLBERG Y EL TRANVÍA


El argumento básico es que en el primer ejemplo, lo normal es que la mayor parte de la gente siga un cálculo utilitarista: es decir, que los individuos hacen un cálculo de consecuencias. Accionando un botón o una clavija, somos capaces de salvar cuatro vidas. Es inevitable que alguien vaya a morir. 

En cambio, en el segundo ejemplo, existe una mayor resistencia a lanzar al hombre gordo a la vía para evitar que cuatro personas mueran. El hombre gordo no está implicado en la acción, y muchos consideran que no está permitido usar la vida de alguien como medio para poder salvar las de otras. Esta respuesta está habitualmente representada por el formalismo kantiano. Existen deberes y obligaciones que no nos permiten hacer cualquier cosa, ni usar la vida de otros como medios para otra causa. 

Vamos a analizar, nuevamente, si este criterio de adquisición de esta visión ética se corresponde con la evolución moral y cognitiva de los niños y adolescentes. Se evaluarán tres grupos -sexto de primaria, segundo de la ESO y tercero de la ESO.
 








Kohlberg fue un seguidor de Piaget, y lo que hizo Piaget con los niños lo quiso hacer Kohlberg con el desarrollo moral. La pregunta que se hacía Kohlberg era: cómo es el desarrollo moral de los niños? Por qué fases atraviesan? Esto le condujo a estudiar las respuestas de los niños (de edades entre 8/9 años a gente adulta). Su teoría decía que pasaríamos por diferentes estadios.


GRUPO 1: RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS POR ANALOGÍAS Y CREATIVIDAD



En este powerpoint tenéis explicado la clave del experimento. Se trata por tanto, de investigar hasta qué punto el razonamiento por analogía funciona atendiendo a dos variables:
a) La edad.
b) El género.
Sobre el primero, queremos probar si existen diferencias significativas desarrollando este experimento en una clase de segundo de primaria, otra de segundo de la ESO y otra de cuarto de la ESO.  
Sobre la segunda variable, tenemos que centrar nuestra atención en quién da la solución al problema, y si hay una diferencia significativa de género. Por último formulamos hipótesis de por qué puede ocurrir esto. 


CREATIVIDAD: EL EJERCICIO DE LA VELA.

 Con unas cerillas, una caja de chichetas y una vela, tenemos que intentar conseguir mantener una vela pegada a una pared.


 Este es otro experimento diseñado por Drucker (1945), en el que vamos a evaluar si determinadas estrategias (trabajo en grupo, lluvia de ideas y coordinación del trabajo) nos permiten solucionar mejor problemas orientados hacia la creatividad. El grupo de control tendrá que trabajar de forma individual y pasados dos minutos se les pedirá que intenten generar un resultado.
Bajo el grupo de experimentación, vamos a formar grupos de 4 creados aleatoriamente a los que se les permitirá hablar entre sí y generar lluvia de ideas. Les daremos meramente una pista: considerar la función de cada elemento y que sean capaces de unir las funciones de unas cosas con otras. 

Nuestro cometido es saber si existe una desviación importante de resultados respecto al grupo de control o si sin embargo, es una variable que no tiene ninguna importancia en sí misma. Los observadores tendrán que darse cuenta en cada grupo si existe una verdadera lluvia de ideas o si sin embargo, son ideas impuestas por una sola persona.


Este ejercicio lo desarrollaremos en la clase de segundo de la ESO.